En breve charla con Eduardo Bautista Martínez, rector de la Universidad Autónoma Benito Juárez, se dijo satisfecho porque a pesar de que la institución que dirige está entre las más necesitadas del país y enfrenta muchas fatalidades, no aparece en la lista negra de las que resultan involucradas en la “Estafa Maestra”, el escándalo político más estridente del momento.

Entre todas sus adversidades, la UABJO escapa al tremendo ruido que causa esta batahola por el encarcelamiento de una ex Secretaria de Estado -Rosario Robles- y la investigación contra 21 universidades, hecho sin precedente en los últimos años de la historia del país.

El caso de la “Estafa Maestra” que implica el desvío de recursos por unos cinco mil millones de pesos, mancha y pone en tela de juicio el prestigio de las casas de estudio y puede ser pretexto para que el Gobierno federal sea más “quisquilloso” al momento de distribuir los recursos para las instituciones educativas. Tendrá más razones para retenerles presupuestos o disminuirlos. ¿Por qué tiene que pagar la comunidad estudiantil por los malos manejos que hicieron algunos funcionarios?

En el marco de la ceremonia por el reconocimiento que le entregó la ANUIES, el Rector de la UNAM, Enrique Graue, comentó el tema. Dijo que todos los responsables de malos manejos de los recursos públicos relacionados con la denominada “Estafa Maestra”, incluyendo rectores, deben ser castigados. Refirió que ya están en curso las investigaciones por la triangulación de recursos. “Todos los responsables de malos manejos, rectores o quien haya sido, tienen que ser castigados, tiene que esclarecerse quién fue el responsable”, puntualizó el titular de la máxima casa de estudios.

Tiene razón el rector Bautista; de la que se salvó la Universidad de Oaxaca. Es oportuno valorar el hecho cuando el mismo Rector de la UNAM reclama el esclarecimiento de ilícitos presupuestales “para que la sociedad mexicana tenga la certeza de que las instituciones de educación superior usamos los recursos con pulcritud y transparencia”.

CORRUPCIÓN PERSISTENTE

Todo indica que los morenistas, de todos los niveles, entienden al revés los llamados de López Obrador para desterrar la corrupción.

Mientras en algunas comunidades de la región Mixe, los Morenistas encargados del registro de los beneficiarios de los programas de apoyo social hacen de las suyas la titular de la Secretaría de Bienestar, María Luisa Albores González, insiste en que “al hacer una revisión de los programas sociales, se detectó que en administraciones pasadas se utilizaron de manera clientelar para atraer votos, por lo que ahora eso se ha acabado al entregar directamente los recursos a las personas que más lo necesitan”. Todo indica que esta funcionaria, desde el confort de sus oficinas centrales, nada conoce de la realidad de los pueblos indígenas.

El discurso machacón indica que “la nueva política social trae consigo cambios de fondo”.

Eso dice, pero su perorata falsaria se topa con la triste realidad de los vecinos de San Lucas Camotlán, Mixes, quienes sufren tremenda burla relatada en las redes sociales.

Denuncian el cobro de hasta 100 pesos para que los llamados “Servidores de la Nación” los incluyeran en los programas de la Secretaría de Bienestar de la 4T.

Con video y audios, los inconformes señalaron que en el condicionamiento participaron un grupo de los llamados “Servidores de la Nación” y el mismo sub delegado de Programas Sociales Bienestar, Juan Ojeda Cruz.

En las imágenes proporcionadas por familiares de los afectados se observan largas filas de habitantes de Camotlán en espera de su turno para llegar a una mesa dispuesta en el centro de la plaza cívica de la comunidad y justo en una orilla de esa misma mesa una cubeta casi llena con el dinero que estuvieron depositando hombres y mujeres, muchos de ellos de la tercera edad.

PALABRAS AL VIENTO

Este es un ejemplo de la triste realidad. Una cosa son los discursos y otra la actitud de los que representan la transformación que no se ve.

En su reciente visita a Miahuatlán Andrés Manuel López Obrador llamó insistentemente a “resistir todas las tentaciones del poder y del dinero, porque no vamos a estar solapando ni ser alcahuetes de corruptos; se tiene que llamar a las cosas por su nombre: ladrón es ladrón”.

Señaló que “los grandes negocios, las grandes transas tuvieron el visto bueno del jefe del Ejecutivo en su momento. Nada de que él no se entera, el presidente de México sabe todo lo que está sucediendo, tiene todos los elementos, toda la información. Si arriba no hay corrupción, si el presidente es honesto, abajo tiene que haber honestidad; ese es el ejemplo que vamos a dejar establecido”. Lo raro es que sus palabras no aterrizan.