Bien por el Fiscal General del Estado, Rubén Vasconcelos Méndez que en los últimos dos meses parece dispuesto a sacudir el anquilosamiento de la Agencia Estatal de Investigaciones llena de viejos y obesos agentes que, sin incentivos económicos, dejan hacer y dejan pasar a la delincuencia. Parece que hay la intención de darle una sacudida al enorme rezago de órdenes de aprehensión, pero, como siempre, la aplicación de la ley se hace de manera selectiva. Un caso reciente es el de San Baltazar Loxicha.
LOXICHA
Bien escribió un jurista europeo: “Cuando la política entra por la puerta, la justicia sale por la ventana”. Eso parece suceder en este momento con el caso de San Baltazar Loxicha donde todo el cabildo, literalmente, fue condenado factótum a la renuncia de sus cargos sin conocerse algún veredicto legal. Solo el señalamiento de que “ellos fueron los responsables” de un homicidio.
Todo porque el poder político de Flavio Sosa Villavicencio, el tronante dueño de la agrupación “Comuna” entró a Loxicha y avasalló todo estatus legal. Hoy que ya fue resuelto el asesinato del activista del Comuna Rodolfo Díaz Jiménez y se sabe la realidad de los hechos ¿Qué va a pasar con la condena del gobierno municipal de San Baltazar Loxicha? ¿Los van a reinstalar o van a dejar que Comuna maneje el presupuesto de ese municipio como otra de sus cajas chicas?
Esta situación la advertí con la puntualidad que caracteriza a esta columna.
En su pretendido control del municipio (el dinero, pues) de San Baltazar Loxicha, Favio Sosa y su grupo Comuna utilizaron el truculento asesinato que resultó en lo que él quería: la renuncia de todo el Cabildo y ahora Comuna instalará uno a modo. La estrategia fue culpar al presidente municipal Atenógenes Jiménez de un asesinato que no cometió.
¿Y DESPUÉS DE LA VERDAD?
No se si por presiones del motejado Demonio de Tasmania o realmente por la aplicación llana de la ley, la Fiscalía aclaró el crimen en tiempo record, situación inusual.
Esta institución de justicia informó que por el homicidio del activista de Comuna RDJ cometido el pasado día 2, capturó a los masculinos B. R. R. y T. R. R., señalados como los probables asesinos.
El comunicado indica que, los hechos ocurrieron cuando la víctima y otras personas viajaban en carro sobre la carretera a Santa Martha Loxicha -perteneciente al municipio de San Baltazar- cuando fueron interceptados por los imputados en compañía de otros sujetos, quienes les cerraron el paso y agredieron con disparos de arma de fuego, privándolo de la vida.
Vinculados ya a proceso por el juez podemos aplaudir en este caso, la decisión de la Fiscalía al aplicar ley rápida y expedita, pero brinca la pregunta ¿la política en Loxicha seguirá montada sobre la justicia?
No olvidemos que Atenógenes, el presidente municipal, negó estar implicado en el crimen del activista del Comuna Rodolfo Díaz Jiménez. Renunció igual que todos sus concejales por las amenazas en su contra y para deslindar responsabilidades.
Responsabilizó a Flavio Sosa “de cualquier atentado contra mi integridad física, la de los miembros del Cabildo, así como de sus familias”. Antes de renunciar, lamentó el homicidio de Rodolfo Díaz y aseguró estar en contra de la violencia; también desmintió la versión de Flavio Sosa sobre este asesinato. “Es necesario decir la verdad para aclarar todo y no hacer señalamientos infundados que, de manera irresponsable propagan personas ajenas a la comunidad como Flavio Sosa”. Le pidió “dejar de intervenir en Loxicha donde genera conflictos para sacar ganancia política”.
Los intereses de Flavio en Loxicha son tan evidentes que hasta publicó en redes sociales su beneplácito por el desenlace de este asunto. “Nos informa el titular de Secretaría General de Gobierno (Segego,) Francisco Javier García López, que el presidente municipal de San Baltazar Loxicha, Atenógenes Jiménez, ha renunciado al cargo, por el bien de la paz y la gobernabilidad”. Solo le faltó decir que el sucesor del presidente municipal sería otro activista del Comuna.
Si en Oaxaca no se permitiera que la política se antepusiera a la justicia, el presidente municipal de Loxicha y todo su cabildo lo menos que esperarían es, primero la garantía de su seguridad personal y luego la reinstalación en sus cargos para que, como dijo Atenógenes, “el dueño del Comuna no siga sacando raja política del pueblo” y, menos, atemorizando a la gente.
Este es un caso más que confirma la justicia selectiva. En Cajonos, por ejemplo, han pasado casi 3 años del secuestro y desaparición de dos campesinos. La familia sigue en espera de la negada justicia.