Todo apunta a que habrá muchos pendientes para la nueva administración municipal de la capital. Claro, aún faltan más de tres meses para el relevo. Tiempo para que el edil electo y su camarilla dejen el protagonismo y se pongan a trabajar. Oaxaca de Juárez urge de un proyecto viable que termine con la anarquía en el transporte, el comercio en la vía pública, la proliferación de antros y cantinas, entre otros temas desatendidos o dejados al “ahí se va”.

En principio, una investigación a fondo de la autorización para la construcción de terrazas, en contraste con la protección de la originalidad del Centro Histórico. Otra más, la corrupción evidente e impune que se ha dado para la apertura de giros negros y venta de bebidas. El relajamiento en sus horarios de operación y los señalamientos que existen respecto a quienes usan música viva hasta la madrugada, que se han convertido en pesadilla de vecinos de algunas colonias.

Hay, asimismo, un tema que mucho se ha soslayado y es la operación de estacionamientos para automóviles. Tenemos unos en el mismo centro, sin las condiciones para otorgar el servicio. Instalados en viejas casonas, en donde entrar y salir es una epopeya. Los hay, asimismo, con pisos de tierra, sin sombra, pero en donde la cuota está fuera de toda norma. De acuerdo a su reloj checador, pasarse un minuto de la hora implica desembolsar el pago de otra.

Pero nadie los regula. En julio pasado hubo denuncias de un establecimiento que cobró a un turista cien pesos por 59 minutos de estacionamiento. Pero no pasó nada, que se sepa. No obstante, las pruebas y documento que se hicieron virales en redes sociales, ningún aprensivo funcionario municipal o sus inspectores levantó sanciones o suspensión de operación. Eso sí, ya es común ver a éstos, levantar puestos y comerciantes que se instalan en calles prohibidas. No importa si es mujer o persona de la tercera edad.

Sin embargo, hay todo un abanico de rubros y temáticas que tendrían que abordarse en un eventual plan municipal de desarrollo. Un ejemplo son las vialidades convertidas en pistas de carreras; el mal estado del sistema de semáforos; la seguridad ciudadana, así como el crecimiento anárquico de la capital y la gentrificación de los llamados barrios mágicos. Si bien se ha avanzado con obras de embellecimiento en el primer cuadro, éste debe tener como complemento la atención de rubros prioritarios.

No se trata sólo de ganar elecciones, como se critica al partido Movimiento de Regeneración Nacional -Morena- sino de saber gobernar. Que no es tarea simple, si se parte de la premisa de que en las administraciones municipales confluyen muchos intereses políticos y económicos, que dan al traste con la buena fe ciudadana que les apuesta el voto. Suponemos que ésta, que está en la recta final y la que iniciará en enero, no son ni serán un ejemplo de virtud. (JPA)