Por el momento, los legisladores morenistas no quieren manifestar públicamente su inconformidad por este posible acuerdo cupular, todo lo afirman en los corrillos del Congreso local, donde manifiestan su desconcierto y decepción hacia sus dirigentes de partido, ya que ellos participaron activamente para que Morena lograra ese número de votos que le valió ocho diputaciones, tres por mayoría relativa y cinco plurinominales.
Y se preguntan ¿cómo es posible que un perredista “chapulín”, (noveno diputado de Morena) que participó en el PT y fue elegido como diputado plurinominal por ese partido, ahora será quien ocupe la Mesa Directiva de la LXIII Legislatura, puesto que “corresponde a cualquiera de nosotros, porque tenemos la capacidad suficiente para ostentar ese cargo, no tienen que venir de afuera y por conveniencias políticas otorgar lo que legalmente nos corresponde”.
Con esta posible decisión, seguramente empezarán los desacuerdos en la bancada de Morena, ¿y quién será el beneficiado?, no más ni menos que el PRI, en un año netamente electoral, porque tendrá las riendas del Congreso local, como presidente de la Junta de Coordinación Política y un “aliado” en la presidencia de la Mesa Directiva.
¿Hay acuerdo del PRI con Benjamín Robles Montoya?, Es lo que se preguntan los legisladores Morenistas y también los del PRD.