Mientras la nueva élite política (Ah ilusos los que creen que es el proletariado al poder) se reacomoda en las altas esferas del gobierno federal recién conquistado, los efectos de la elección más concurrida en la historia de nuestro país, sacude a la clase política chapulinera.
En Oaxaca, donde lo giros en torno a la política hacen carretadas de magnates cada sexenio, miramos muy compungidos a los que hoy les toca dejar la estafeta. O, como decía el clásico, muchos de los que ya bailaron tendrán que sentarse forzosamente. Aunque hay uno que otro nuevo convidado a la mesa del poder, en su inmensa mayoría son las mismas caras. Muy lejano aquello que dice un iluso profe: “han conquistado el poder los olvidados de siempre”. Ja.
El término reacomodo de élites es real. ¿Saben quiénes son? Los que siempre han regenteado los partidos políticos. Los más audaces son los saltamontes de siempre:
Benjamín Robles Montoya el político chapulín más poderoso hoy por hoy en Oaxaca, Es, igual que su esposa, diputado federal cuasi propietario del membrete PT. Su nuevo status de poder lo obtiene después de clavar la puñalada al PRI que en Michoacán lo catapultó. Después, con Gabino, brincó al MC, luego al PRD. Sin duda que su triple salto teatral más sorprendente, fue cuando clavó la puñalada trapera a su gran mecenas Gabino Cue. Siendo senador del PRD saltó al PT y de allí al Morena pero López Obrador, muy suspicaz, éste lo envió de regreso al PT donde hoy se expande como mandamás. No obstante su fama de político artero y la pésima reputación del PT y el propietario desde su fundación, Alberto Anaya, el efecto Peje lo abonó y ganaron los seis que hizo candidatos a diputado local. Enfermo de ambición, me informan que litiga una curul más para su hijo Alfonso quien con las siglas del PES no alcanzó la diputación plurinominal. Tener seis diputados locales incondicionales habla de la dimensión del poder que hoy tiene.
Otros que llegan a lugar vip en la mesa del poder con los colores del Morena, son Salomón Jara y Flavio Sosa. Hoy por hoy, los que -como dicen los chavos- “parten el queso” en Morena. Ellos palomearon los nombres de todos los candidatos y hoy diputados. Son doce que ganaron por mayoría relativa y ocho plurinominales. A estos hay que agregar seis diputados más con las siglas del PES. Este partido representa ese onagro que resulta de las alianzas coyunturales que hacen partidos grandes. Obtuvo menos del 3 por ciento de los votos a nivel nacional lo que le significará perder el registro pero, en contraparte, tiene, solo en Oaxaca, seis curules. En total la alianza Morena-PT-PES, se adjudica 32 diputaciones en el congreso local. Mayoría absoluta, lo que significa que podrá proponer y aprobar cuanta Reforma constitucional quiera.
Eso de que el PES pierda del registro, lo dudo. Por más democrático que se diga el Peje, veremos en su alianza las mismas triquiñuelas de la clase política para consentir a sus aliados. No creo que, habiéndoles servido el PES, lo dejen a la deriva.
Bien conocido el comportamiento de estos políticos chapulineros, necesariamente entre “Cara sucia”, Salomón y el Demonio de Tasmania, se avizora confrontación. Esta tripleta estará en eterna puja por ganar el oído y las preferencias del Peje.
REACOMODOS
En el Congreso local es donde más se refleja la nueva realidad política chapulinera. Hay caras tristes de tricolores, amarillos y azules. Son tan pocas las curules que les dio el electorado que, necesariamente, tendrán que buscar, aunque sea temporalmente, un nuevo modus vivendi.
El tsunami del pasado día primero no deja aún respirar a los noqueados priistas. Con apenas una diputación local de mayoría (ni una federal) y cinco plurinominales, la bancada tricolor será apenas de seis curulecos. Nada de lo que esperaba Alejandro Avilés designado nuevamente pastor de rebaño tan escuálido. Los planes de repetir el control de los hilos de poder desde el congreso se le diluyeron al priista. La presencia avasalladora de los pejistas en la próxima LXIV legislatura acotará las más leves tretas tricolores. Ni por asomo podrán jalar algún hilo de control como lo hizo Avilés con la Legislatura “del cambio” donde sacó tajada de la novatez y ambición de los primeros diputados morenistasque solo llegaron a enriquecerse y a calentar la curul. Hoy será difícil que repitan el papelito.
En cambio, los profes más resueltos del cartel 22, los activistas más decididos en las marchas y plantones y dueños de algunos membretes no caben de gusto. No saben quehacer con el nuevo juguete.
EL SALTO DEL CHAPULÍN
Los últimos rescoldos del “cambio” que tantas esperanzas despertó entre los cándidos que llevaron al poder a Gabino Cue, se apagan, Estaban en la Defensoría de los Derechos Humanos con Arturo Peimbert y su cancerbero Flavio Sosa.
Antes de irse, los que aparecían como defensores a ultranza de los derechos humanos en Oaxaca, incurren en una trastada. Violan flagrantemente los derechos elementales de Juan Pablo Ceja, un abogado que, después de seis años de trabajo, fue despedido sin causa justificada
El perjudicado explica que desde el año 2013, demandé el pago de la indemnización constitucional a la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, por el injustificado despido del que fue objeto.
Dice que el juicio le permitió un laudo favorable para que la DDHO le pagara la indemnización que, por ley, le corresponde, pero el consejero presidente, niega cumplir con el mandato legal. Afirma el quejoso que a través de triquiñuelas legaloides le han dado largas al asunto. Sospecha complicidad del Juez de distrito Leonel Medina Rubio quien, dice Ceja, concede amparos que promueve la DDHO en medio del gran contrasentido que significa que una institución que debería velar por los derechos del hombre, los viole sistemáticamente.