Al leer uno de los párrafos del libro “Dinero bajo la mesa” de María Amparo Casar y Luis Carlos Ugalde, deduzco que, como ha sucedido en otros regímenes, el gobierno de AMLO busca más efectos mediáticos que justicia con el caso Lozoya.
No es casual que los analistas y la clase política se empeñen en decir que en este tema “no hay ni venganza ni quinazo”. Eso dicen rememorando aquel espectacular golpe que dio el entonces presidente Salinas contra el poderoso líder del sindicato petrolero Joaquín Hernández “La Quina”, pero como al gobierno hay que creerle siempre al revés, no todo está dicho.
A eso se debe que en este libro los autores apunten acertadamente que “…en México ha privado una especie de ‘pacto’ o ‘intercambio’ de impunidad que se resume en la frase de tapaos los unos a los otros y que ha funcionado a la perfección. Se vale exhibir, pero no perseguir; se vale denunciar, pero no consignar. La democratización de las elecciones trajo la democratización de la corrupción.”
SALVEN AL ITO
Bien por los estudiantes del Instituto Tecnológico que, con su movilización pacífica y sin suspender clases, lograron que la SEP volteara a ver el problema que está a punto de acabar con esta que fue una de las instituciones de educación superior más reconocidas.
Con la designación de Fernando Toledo como director en sustitución del anodino Juan Cruz Nieto, logran importante paso, aunque viene lo más difícil que es rescatar el ITO de las garras de esa bestia insaciable conocida como cartel 22 que estuvo a punto de engullírselo.
Fernando Toledo, aunque llega a una escuela convulsionada tiene algo importante a su favor. La influencia sindical del cartel 22 ya no es determinante en el ITO. Me informan que, legalmente, los maestros y trabajadores pertenecen a la sección 61 del SNTE que es la que aglutina a los trabajadores de los institutos tecnológicos del país. Nada tiene que ver ya la nefasta 22 cuya meta es clara: dinamitar todo signo de educación pública de calidad. Así que, si el nuevo director no adopta la actitud timorata de sus antecesores, ya tiene ganada una buena parte de la batalla que, si se decide, tendrá que dar para rescatar al moribundo ITO.
Dado que todo lo que toca lo corrompe o lo envilece, la llegada del cartel 22 al ITO no pudo ser diferente. Antes de crearse la sección 61, era la 22 la que tenía la representación sindical. Para tener adeptos dóciles gestionaron un bono anual equivalente a un mes de salario. Lo entregan en dos partidas y obvio, solo a los que participaban en las movilizaciones. A los que no tienen “participación sindical”, es decir, marchas, plantones y huelgas, les piden “moche” para entregarles su cheque o de plano lo desvían. En esto basan la adhesión de su clientela sindical. Esto se acabó al nacer la sección 61 sin embargo hay algunos maestros y trabajadores que, por el citado bono, no quieren dejar la sección 22.
Otro punto a favor del nuevo director Toledo, egresado del mismo ITO y oriundo de Unión Hidalgo, es que la inmensa mayoría de maestros y trabajadores conscientes, se han adherido a la sección 61. Solo los eternos “grillos” sindicales como David Orozco y sus marionetas Luis Santos y la que aún se dice delegada sindical, Gema Leyva, insisten en atraer adeptos mediante el bono mencionado.
Estas son cuestiones que podrían favorecer al rescate del alicaído Tecnológico. Solo falta que el nuevo director se decida.
TIEMPO DE TRAIDORES
Que lúgubre papel el de los hermanos Sergio y Toribio López Sánchez al convertirse en los que están echando tierra a la sepultura del PRD. Es una actitud sombría porque es el partido que, de la nada, los encumbró en el quehacer político hasta hacerlos diputados locales y al primero le regaló una curul federal. Aunque se diga que en política todo se vale, la actitud traidora y desvergonzada de estos dos hermanitos, habla de su calidad humana.
No son los únicos ejecutores del fin del perredismo, a nivel nacional la bancada del PRD en el Senado está a punto de desmoronarse. De los cinco legisladores que actualmente integran esa fracción parlamentaria, Leonor Noyola renunció al partido para integrarse al PVEM, y Juan Zepeda, quien se encuentra de licencia por una enfermedad, en breve se incorporará a su trabajo legislativo, pero se cambiará a Movimiento Ciudadano, con lo cual sólo quedarán tres. El propio coordinador de la bancada, Miguel Ángel Mancera, dijo en entrevista que la senadora Noyola podría cambiar de bancada esta misma semana, y habría otra baja más en breve, en referencia a Juan Zepeda.